Explicados en un solo ejemplo, la colisión controlada entre un Chevrolet de 1959 y uno del 2009.
El choque frontal a 64 kms/h se puede ver desde diferentes perspectivas y nos sirve para comprobar cómo el mismo golpe era mortal
La destrucción de la cabina del Chevrolet antiguo es casi total, encontrándose el conductor en medio del camino del eje de fuerza, mientras que en el coche nuevo la estructura del vehículo se deforma de manera que se consigue desviar la fuerza a través del chasis, evitando casi en su totalidad que esta atraviese el espacio del conductor. (Eso sin contar el uso del airbag, claro)
(vía pixelydixel)
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